San el niño dragón
En un hermoso
lugar alejado del ruido de la ciudad vivía una linda familia conformada por Francisco y Cristina, los
padres y San, un hijo maravilloso, amoroso, respetuoso y un excelente
estudiante.
Esta familia
vivía muy feliz hasta que un día notaron algo extraño en San, al cumplir los 7
años tuvo un gran cambio. Él seguía
siendo un buen niño, pero…
Cuando San se
enojaba, se preocupaba, sentía miedo cambiaba, ummm cambiaba de forma. Lo cual
asustaba e inquietaba a sus padres, no sabían que hacer ni cómo manejar esta
situación. Pues no comprendían porque él se convertía en un dragón. Si en un
dragón, ¡Vaya locura!
Buscaron ayuda en
el pueblo, muchas personas trataron de
ayudarlo, hablando con él y parecía funcionar, pero cuando se molestaba por cualquier
cosa, así fuera simple, se transformaba en un enorme dragón. No hacía daño a
nadie, pero por su gran tamaño generaba mucho temor.
Sus padres continuaron buscando ayuda y encontraron que la doctora Rosita tal vez podría ayudarlos, pero vivía en la ciudad. Así que hicieron maletas y se fueron de viaje.
Al llegar allí, la doctora habló con San durante unas horas, le pidió que realizara un dibujo de aquellas cosas que le molestaban. Al intentar dibujarlas de inmediato se convirtió en un dragón, lo que asustó mucho a Rosita puesto que nunca antes había visto algo así. Ella colocó música relajante y esto ayudo a que San regresara a la normalidad.
La doctora Rosita habló con los padres de San y les mencionó lo que había observado, la dificultad que él tenía para manejar las emociones. Por lo que le pidió que se quedarán una semana para poder hacer varias terapias y el resto, debería ser trabajo en casa, los padres aceptaron, puesto que querían lo mejor para su hijo.
Al otro día, asistieron muy puntual a la cita. San inició dibujando a su familia y le contó a la doctora Rosita que estaba muy contento junto a ellos porque lo amaban, eran unos padres amorosos, cariñosos y siempre hablaban con él y que su mamá estaba esperando un bebé, de inmediato se convirtió en dragón. Ella le pidió a San que cerrara los ojos, tomara aire por la nariz y lo expulsara por la boca, ¡inhala, exhala!, y pusiera su mente en blanco, enseñándole a meditar y así logró que se tranquilizara.
La doctora habló con los padres de San escuchándolos acerca del bebé que están esperando pues él no había dibujado a su hermanito o hermanita y que de nuevo se había transformado en dragón.
Cristina le contó que tenia 4 meses de embarazo y que hace unos meses le habían dado la noticia a San quien aparentemente lo había tomado bien. Sin embargo, no lo habían relacionado con su cambio porque cualquier emoción lo convertía en dragón.
Así que los
padres hablaron con San sobre su hermanita, él les dijo que tenía miedo que lo dejaran de querer. Ellos le explicaron que siempre, siempre,
siempre, lo van a seguir amando, el bebé que esperan, aún es muy pequeñita y también
lo va a amar y juntos van a seguir siendo una hermosa familia, le pidieron a San que les
ayudara a buscar un nombre para ella y a preparar todo para su llegada. Él
se puso muy feliz. En ese momento se dieron cuenta que San no se transformó en
dragón, sino que se sintió muy tranquilo y amado por sus padres.
La doctora Rosita les recomendó siempre dialogar en casa, compartir juntos diferentes actividades que les
permita tiempo de calidad, además de practicar la meditación y el yoga para
que San logre manejar sus emociones.
Pasado el tiempo
llegó la hermanita y San le puso como nombre Emma. Vivieron muy felices
compartiendo en familia. Y San ya no volvió a convertirse más en un dragón.
Mary Amez
Comentarios
Publicar un comentario